Monasterio trapense de Santa María de las Escalonias - Hornachuelos, Córdoba

Javier A. C.

Tuve la oportunidad de visitar el Monasterio Trapense de Santa María de las Escalonias y fue una experiencia inolvidable. Este monasterio, situado en un entorno impresionante, ofrece una paz y tranquilidad que invitan a la reflexión y al descanso espiritual.

El paisaje que rodea al monasterio es realmente espectacular. Las montañas y la naturaleza virgen que lo envuelven crean un ambiente de serenidad que se siente desde el momento en que llegas. Cada rincón está lleno de belleza, con vistas panorámicas que te dejan sin aliento. Es un lugar donde puedes conectar con la naturaleza y desconectar del bullicio diario.

Además, el monasterio en sí mismo es un lugar lleno de historia y tradición. La arquitectura es impresionante y refleja la dedicación de los monjes trapenses a su vida contemplativa. Es fácil comprender por qué este lugar ha sido elegido por muchos para buscar la paz interior.

En resumen, el Monasterio Trapense de Santa María de las Escalonias es un destino imprescindible para quienes buscan belleza natural, tranquilidad y un espacio para la reflexión. Sin duda, regresaré para disfrutar nuevamente de su mágico entorno.

Jorge G.

Me gustó mucho la experiencia de ayudar en la lavandería con los monjes. Me gustó el trato del Padre José porque me atendió dentro de sus posibilidades. Me encantaría repetir la experiencia y vivir con los monjes. El único fallo fue en la comida porque soy vegetariano y tube que comer carne. También sentí a la virgen. Volveré a repetir la experiencia en cuanto pueda.🙏📿♥️✝️🕊️🧬

spikerman A. R.

Hermoso lugar para meditar entre los montes de naranjos y su perfume. Los monjes te dan un caluroso hospedaje

Juanjo C.

Un lugar perfecto para el recogimiento interior y el diálogo con Dios. Los monjes son acogedores y cariñosos con todos los que quieren compartir oración y descanso.

Jose A.

Visitaba este monasterio en 1995 y 96. Tuve el privilegio de conocer a los monjes fundadores. Nunca olvidaré a unas personas únicas en su modo de vivir y servir a los hermanos. Sepan que allí vivió un auténtico hombre de Dios, el hermano Florencio. Un monje navarro, ya bastante mayor, que recorrió todo el monasterio buscándome para decirme que mi novia había llamado para hablar conmigo. Aún no teníamos móviles, afortunadamente. En esos años no existía la hospedería y nos alojábamos en unas humildes casitas, con chimenea, situadas donde hoy luce el nuevo edificio. Rezábamos, trabajábamos y hacíamos comunidad todos juntos. Recibir el Santo Cáliz de las manos de un monje trapense en la Comunión es un tesoro que llevó guardado en mi corazón. Dios siga bendiciendo a esta comunidad por toda la eternidad.

Andres V.

Paz, armonía, espiritualidad, sosiego y posibilidad de encontrarte contigo mismo a través de la meditación. Sin quererlo te adentras en el servicio a los demás pleno de humildad. Y además, rodeado de naranjos. Si Dios quiere, repetiré.

MANUEL R.

Un lugar rural hermoso para buscar la paz interior, la espiritualidad, la naturaleza, la fé ....en un marco incomparable, con una comunidad religiosa fraternal y acogedora,

Maria J. A.

Inolvidable. Conseguí mi propósito. Descanso, paz y espiritualidad.